Elaborar tarjetas de navidad personalizadas

Las tarjetas de felicitación son para mostrarle a alguien lo especial que es para ti. ¿Qué mejor manera de hacerlo que personalizar el mensaje y el trabajo artístico de la tarjeta?

Prismacolor diseñó los Lápices de Colores Prismacolor Premier Soft Core para ocasiones como esta. La variedad de colores se seleccionó cuidadosamente para adecuarse a varios temas y ayudarte a elaborar tu mejor obra. Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a iniciar:

Elige el tema.  Las flores son inmensamente populares en las tarjetas de felicitación, pero podría ser especial diversificarse con flores alternativas como las peonías o dalias. Puedes usar una foto de referencia, pero la mejor fuente de inspiración es el objeto real.

Dibuja el contorno.Usa un toque ligero al principio, y esboza las figuras básicas que ves; empieza de adentro hacia afuera. Mantén los detalles al mínimo hasta que captures toda la flor: pétalos, tallos y todo lo demás.

Escoger colores y tonos.Las flores son como la piel humana de muchas maneras. Si bien a primera vista parecen ser de un color, hay variaciones sutiles, definidas por las luces y las sombras. Comienza con la versión más ligera del color principal, y recuerda que algunas luces no tienen color alguno. Llena las áreas gradualmente con movimientos circulares y en óvalo, para evitar las líneas rectas. Deja los tallos y las hojas para el final.

Agrega tonos más oscuros.Coloca capas de tonos más oscuros mientras avanzas. Con frecuencia son esos tonos oscuros los que distinguen los pétalos entre sí.

Agrega toques finales a las flores.Si tienes alguno, usa un lápiz mezclador o blender sin color en los bordes externos de cada pétalo. Este bruñido les da un aspecto vibrante y luminiscente. Trabaja en los tallos y hojas de la misma forma. Comienza con tonos ligeros y agrega gradualmente capas de sombras; recuerda que incluso las hojas “verdes” tienen variaciones de color. No olvides agregar detalles como las venas de las hojas.

Escoger colores y tonos.Las flores son como la piel humana de muchas maneras. Si bien a primera vista parecen ser de un color, hay variaciones sutiles, definidas por las luces y las sombras. Comienza con la versión más ligera del color principal, y recuerda que algunas luces no tienen color alguno. Llena las áreas gradualmente con movimientos circulares y en óvalo, para evitar las líneas rectas. Deja los tallos y las hojas para el final.

Agrega tonos más oscuros.Coloca capas de tonos más oscuros mientras avanzas. Con frecuencia son esos tonos oscuros los que distinguen los pétalos entre sí.

Agrega toques finales a las flores.Si tienes alguno, usa un lápiz mezclador o blender sin color en los bordes externos de cada pétalo. Este bruñido les da un aspecto vibrante y luminiscente. Trabaja en los tallos y hojas de la misma forma. Comienza con tonos ligeros y agrega gradualmente capas de sombras; recuerda que incluso las hojas “verdes” tienen variaciones de color. No olvides agregar detalles como las venas de las hojas.